E-mail: rivadeneira.alvaro@gmail.com
La formación de condominios y urbanizaciones cerradas, tanto en Lima como en Latinoamérica, no es un fenómeno urbanístico reciente. Sin embargo, en cuanto dicho fenómeno deja de ser la excepción y se vuelve en la regla, o incluso en un modelo de desarrollo urbano, la percepción físico-espacial de la calle y de la ciudad se transforma. La inseguridad social engendrada en todas las clases sociales, lleva a los ciudadanos a buscar una manera física e inmediata de protección contra las agresiones urbanas: desde robos, secuestros y vandalismo hasta violencia un tanto más sutil como la contaminación sonora, la basura y mobiliario urbano maltratado. Ante un Estado adormecido a dar respuestas de seguridad para una sociedad atormentada por miedos tanto reales como sembrados en el imaginario, la sociedad responde de manera autónoma, implementando sus propias medidas de seguridad. Así, la urbe apunta a la inevitable regresión hacia la ciudad amurallada.
Investigaciones tales como la de Jörg Plöger y la de Teresa Caldeira hacen un exhaustivo trabajo de análisis en las causas económicas, sociales e incluso políticas que dirigen a una sociedad o a un estrato social a auto-segregarse. Sin embargo, aparte de entender las causas de dichas formaciones urbanísticas, es necesario comprender el efecto que estas tienen sobre la calle y la ciudad. Más aún, es vital advertir la percepción de la ciudad por parte de sus habitantes para entender la dirección en que se dirige el desarrollo urbano de la misma. Así, esta investigación busca profundizar en la percepción físico-espacial de la calle y el rol del muro como elemento arquitectónico generador de (in)seguridad social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario